jueves, 13 de febrero de 2020

Dos poemas de Samantha Torres

Infinito
El amor infinito de vela llameante,
el infinito, el infinito
de tus ojos de cristal.

Boca de mimbre,
flores que no expresas,
miradas que jamás te cuento.

Un ave sin tono,
sólo lágrimas, sólo cristal
vertiente de cosas no dichas.

El pabilo se consume
a la par nuestra,
pero es infinito, el amor lo es.


Déjame
Liberemos de golpe al ave
que ya no trina, que ya no come,
llévate el frío que lo mata,
que nos hiere.

Cruel solsticio que no hizo más
que llevarse las pocas plumas
de la que fue ave del paraíso,
hoy triste quetzal.

Adiós mi triste avecilla,
adiós a los colores que de ti emanaron,
porque de ti vivimos, de ti respiramos
tantos días espléndidos
que solo la memoria guardará,
espero la libertad cure los ligamentos
rotos de tus alas y los míos y los tuyos.

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