viernes, 14 de febrero de 2025

Dos poemas de Juan Francisco Puente

EL DESVELO

No deberíamos dormir temprano,
sigue la tormenta, el estruendo,
mientras los relámpagos iluminan la habitación
y de su luz se nos ensucia este alimento místico.


Llueve, y por eso tras la puerta hay sombras a salvo del
desprecio. Nadie nos puede ver, nadie debería interrumpir
esta faz de nuestros márgenes.


Nadie ve que nos tocamos, nos hablamos. Repetimos
cosas, ruido de habla, como unos despojados de su prisma.
Nadie va a entendernos este lenguaje, destruido bien y tan
escuchado mal por la luz del foco (que si obedece se apaga,
y si lo queremos, tampoco estamos).


Quién sabe si esto es real, esto que reposa con otro, sin
réprobos. De ellos, sí, deberíamos cuidarnos, que no
nos vean. No dormir temprano. A esta hora,
el ahorcado cuida su cuerda y el cielo
aún da la espalda.



* * * * * 



HISTORIA CONTRARIA


Universo de signos nuestro territorio.
Nosotros, los dos habitantes.
Nuestro hogar, un frágil caos
en el que giramos.

Ahí se da una historia en contra
de cualquier relato a secas,
narra una emoción,
una generosa entrega
donde nos buscamos,
nos arrojamos a nosotros,
a nuestra piel, nuestras venas,
reconstruidas entre el pulso
y el polvo.

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