lunes, 14 de febrero de 2022

Bebiendo café - Emmanuel Orlando Rivera Gutiérrez

3 de febrero

No sé por dónde comenzar a describir las pérdidas que me han hecho llegar a este estado en el cual no tengo ganas de nada, si las enlistara me hundiría más en este horrible sentimiento.

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12 de febrero

Los días pasados y sobre todo este he analizado de qué manera recuperarme y hasta ahora se me ha ocurrido algo. Nunca me había sentido emocionado por la celebración de ese día. Antes era un día insignificante, acaso una ida al cine, café o una cena. Pero en estos momentos es algo más, es un pequeño brillo que puede lograr que este camino comience a iluminarse.

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13 de febrero

Ya no me importa haber soportado los gestos y miradas de los empleados. Llegué a un acuerdo con el negocio de flores que está junto a la plaza. He obtenido algunas rosas a manera de crédito, al venderlas en su totalidad liquidaré su costo y obtendré algo de ganancia. ¡Cuánto le he implorado al dueño! No fue fácil convencerlo, y eso que es mi amigo de hace años. Al final él accedió a cambio de que trabajara sin paga este y dos días más.

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14 de febrero

¡Hoy todo cambiará! Lo sé, sólo hace falta que abra la ventana y vea que es un ¿bello día?, pensé. Luego no pude creer la cantidad de nubes en el cielo. Encendí la televisión para escuchar al presentador del clima decir: "Lluvias torrenciales en gran parte del país, mínimo hasta el fin de semana".

Salí a la calle, como esperando salir de algún sueño. Abrí la palma de mi mano y cayó la primera gota, la "punta de lanza” de un incesante bombardeo. Cerré la puerta, preparé café y cuando estuvo listo me serví una taza. Tomé asiento sobre el sillón de la sala y ahora mientras escribo miro las rosas sobre la mesa, pienso en lo hermosas que son.

2 comentarios:

  1. Es conmovedor. Justo venía en el camión y vi una vendedora de flores en una situación más o menos parecida. Gracias.

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